Publicado por Rafael López Ramos en Los Lirios del Jardin
Esta exposición se centra en el actual escenario de crisis financiera en América del Norte y Europa, viéndola no como la enfermedad en sí, sino un síntoma de más amplios patrones disfuncionales, claramente arraigados fuera de la esfera económica.
El título de la muestra parafrasea el famoso lema de Bill Clinton en la campaña presidencial de 1992 “Es la economía, estúpido”, aunque haciendo hincapié en el hecho de que, aun cuando esta crisis se manifiesta como financiera, es sólo la punta de un iceberg cuyo cuerpo sumergido posee una naturaleza más bien epistemológica.
Epistemología (del griego epistēmē, “conocimiento, ciencia”, y logos, “estudio de”) es la rama de la filosofía que se ocupa de la naturaleza y el alcance del conocimiento. Gran parte del debate en este campo se ha centrado en analizar la naturaleza del conocimiento, y cómo se relaciona con conceptos como la verdad, las creencias y la justificación. Nosotros, recurriendo a nuestra intuición, ofrecemos un enfoque personal de estas cuestiones a través de metáforas estéticas que señalan diversos aspectos conflictivos de la sociedad, que funcionan como una especie de correlato (¿o debiera decir colateral?) a esta crisis financiera que tiene tantas facetas y esconde una sola faz.
A algunos les pudiera parecer de muy mal gusto que un grupo de artistas persista en tratar de seguir pensando en temas tan pesados en medio de una escena dominada por un desbordante renacimiento modernista que parece dictar (o al menos sugerir enfáticamente) que nuestras obras deben ser asépticamente formalistas. Es decir, un arte convenientemente vacío de cualquier otro contenido que no sea la celebración implícita de un estilo que fue novedoso hace aproximadamente un siglo, y la ambición explícita de ser comercializado con éxito. Este aspecto comercialista no es lo más preocupante de esta tendencia –en realidad todos queremos vender nuestras obras-, sino la posibilidad de que esté inhibiendo activamente el interés de los artistas hacia cualquier discurso analítico o crítico de cuestiones sociales o, incluso, de la “vida real”, lo cual trae a la mente lo que sucedió en los Estados Unidos de post guerra con el Expresionismo Abstracto. Por tanto, preferimos mantener nuestro arte como un aparato vivo y cognitivo, un filtro de sueños y pesadillas con el que la gente pueda relacionarse y leer o descifrar, al igual que los indicios que la naturaleza nos ofrece como advertencia de las condiciones climáticas que se avecinan.
Soldaditos y súper héroes de goma, en impresiones digitales completadas por dibujos al carboncillo de piezas de Lego, contrapunteando la capacidad de desarrollar el pensamiento de estos últimos y las figuras modélicas no siempre positivas que encarnan los primeros. Aguda documentación de la realidad del heartland de Ohio donde la omnipresencia de signos patrióticos y religiosos, define una ideología que se cierra sobre sí misma. El repertorio de símbolos esotéricos que forman la iconografía del poder estadounidense, tan aficionado a las sociedades secretas como advirtiera John F. Kennedy en su discurso ante la American Newspaper Publishers Association en abril de 1961. El ratón Mickey descubre estupefacto que el billete grande que está a punto de agarrar es carnada de una ratonera en cuyo trasfondo está el sello de la Reserva Federal. Una extraña y solitaria rosa de billetes chinos florece sobre un tallo de dólares estadounidenses, un organismo híbrido o transgénico muy común en estos tiempos. El corazón de la megalópolis neoyorkina y las capas de sentido que envuelven la existencia de sus habitantes, laten en oscuras imágenes sobre las cuales emerge el emblema de YEBO –Yes Every Body Obey. La huella de viejas presencias o el testimonio de nuevas ausencias en el rostro de la urbe, sinécdoque de implosión de burbujas en diversos mercados y en discursos políticos desreguladores.
Estos son los indicios que modestamente ofrecemos como advertencia de las condiciones sociales que se avecinan, aunque en algunos sitios ya está lloviendo hace rato.
R. López Ramos
7 metaphors on endings and beginnings in a new age of old crisis
This exhibition focuses on the current scenario of financial crisis in North America and Europe, not as a disease but a symptom of wider dysfunctional patterns clearly rooted outside the economic field.
The title of the show rephrases the famous Bill Clinton’s 1992 presidential campaign motto “It's the economy, stupid”, though emphasizing the fact that even when this crisis manifests itself as a financial one, it is just the tip of an iceberg whose submerged body possesses a rather epistemological nature. Epistemology (from Greek epistēmē, "knowledge, science", and logos, "study of") is the branch of philosophy concerned with the nature and scope of knowledge. Much of the debate in this field has focused on analyzing the nature of knowledge, and how it relates to notions like truth, belief, and justification. Then, resorting to our intuition, we sniff the air and give away our personal artistic approach to these issues through aesthetic metaphors that pinpoint diverse conflicting aspects of society that function as a sort of correlate (or should we say collateral?) to this financial crisis that has so many facets and hide a bunch of faces.
For some it can be kind of creepy that a bunch of artists persists in trying to think hard on such troubling themes amidst a scene dominated by a rampant modernist revival that seems to dictate (or at least emphatically suggest) our works to be aseptically formalist. That is an art conveniently empty of any content other than the implicit celebration of a style that was a novelty about a century ago, and the explicit ambition to be successfully marketed. The most worrisome aspect of that trend is not its voracious commercialism –after all, we want to sale our artworks too- but the possibility that it could be actively inhibiting the artists interest for any analytic or critic discourse on social or even “real life” issues, which brings to mind what happened in post war America with Abstract Expressionism. Therefore, we prefer to keep our art as a living cogitative apparatus, a dream and nightmares filter that average people could relate to and read or decode just like the indexing signs nature give us as a warning on upcoming weather conditions.
Rubber soldiers and superheroes in digital prints completed by charcoal drawings of Lego pieces, counterpoint the ability to develop the thought of the latter and the not always positive roll modelsembodied by the former. Acute documentations of the Ohio’s heartland reality where theomnipresence of patriotic and religious signs, defines an ideology that closes over itself. The repertoire of esoteric symbols shaping the iconography of American power, so fond of secret societies, as warned by President John F. Kennedy in his speech before the American NewspaperPublishers Association in April 1961. Mickey Mouse discovers in shock that the big bank note he were about to grab is just a mousetrap’s bait in whose background looms the seal of the Federal Reserve. A strange and lonely rose made out of Chinese bills blooms on a stem of U.S. dollars, ahybrid or genetically modified organism very common these days. The heart of the New Yorkmegalopolis and the layers of meaning that wrap the existence of its inhabitants, beat in dark imagesfrom which emerges the emblem of YEBO -Yes Every Body Obey. The trace of old presences ornew absences on the urban face, a synecdoche of bubble implosions in various markets andderegulating political speeches.
These are the signs that we modestly offer as caution on social conditions ahead, although in some places it has been raining for a while.
R. López Ramos
Reseña de Gerardo Muñoz en su blog Puente Ecfrático
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