La
cualidad que más aprecio en una mujer
Eva Silot Bravo
A primera vista esta pareciera una pregunta sencilla, pero, a su vez, me sugiere otras, que se presentan como paradojas
cíclicas e infinitas
¿Qué es ser mujer?...
¿Por casualidad se referirá Proust a ese ser humano al que casi siempre asociamos con una naturaleza frágil?
¿El supuesto sexo
“débil”?
¿La imagen última y acabada del recato y el pudor?
¿Acaso el epítome
de la candidez y la benevolencia?
O, ¿La suprema belleza?
¿Será quizás el género “escogido” para sustentar
una vocación eterna de acomodo y adaptación?
¿La que puede casi siempre dejar
de ser, para ayudar a otros a erigirse?
¿La que no le cuesta renunciar o
posponer el encuentro consigo misma para siempre entregarse, o ponerse a
disposición de otros, casi siempre tan ávidos de recibir apoyo extra y colchón?
Como el que les proporcionan sus madres santas, que dios las tenga en la
gloria.
¿Será a la que siempre se le puede pedir un
esfuerzo extra?
¿La que antepone una disculpa aunque no venga al caso?
¿La
incondicional?
¿O la que siempre lo complica todo innecesariamente?
¿La que no debe pensar tanto, porque con ello amenaza su
propia existencia y la de sus semejantes?
¿O la que no para de hablar, cuando
casi nadie está dispuesto a escuchar?
Y, si no fuera el caso...
¿Por qué tantos poetas
se han enfrascado en discernir y sugerir coordinadas simbólicas
sobre lo femenino en la memoria, tanto ilustrada como vernácula, a través del tiempo y el espacio?
¿Le importará a Proust mis preguntas? ¿Y, si no,
a quién?
No comments:
Post a Comment