Texto sobre mi libro Cuba Fusion. The Transnational Cuban Alternative Music Scene, publicado por Alas Tensas, revista feminista cubana radicada en Madrid. Este texto reproduce en español fragmentos del libro, publicado en inglés originalmente.
https://alastensas.com/escrituras/la-escena-transnacional-de-la-musica-alternativa-cubana/
Libros | La escena transnacional de la música alternativa cubana
“En estas narrativas musicales hay una postura post-revolucionaria y distópica que mitiga la centralidad de la nación.”
La caída del Muro de Berlín en Europa en 1989 marcó un momento crucial de ruptura para la sociedad cubana. Como resultado, la deconstrucción de las promesas de la nación revolucionaria y las narrativas del “Hombre Nuevo” en las artes cobró impulso en la isla. Imaginarios alternativos y transnacionales emergieron en la producción cultural de la música cubana alrededor del mundo, que tomaron forma en una masiva red diaspórica creada por cantautores cubanos y músicos académicamente entrenados. Estos músicos propusieron enfoques alternativos, distópicos y transnacionales para imaginar, representar y escuchar la cubanidad en un contexto post-soviético y global, trascendiendo los dos imaginarios nacionales históricos dominantes: el discurso oficial en la isla y las narrativas de los exiliados tradicionales.
En el ámbito musical, la ola masiva de migración de los años 90 hacia Estados Unidos, Europa y América Latina marcó un momento transnacional importante para la música cubana, con la reubicación más significativa de cantautores cubanos a ciudades como Madrid, Nueva York y Miami, incluyendo a Gema Corredera, Pavel Urquiza, Telmary, Yusa, Descemer Bueno, Habana Abierta y Haydée Milanés; y en su mayoría músicos académicamente formados como Gonzalo Rubalcaba, Dafnis Prieto, Yosvany Terry, Tony Pérez, Alain Pérez, Iván “Melón” Lewis, Omar Sosa, Pedrito Martínez, Melvis Santa, Ariacne Trujillo, Aymée Nuviola, Leslie Cartaya, Lena Burke y Glenda del Monte. Ellos y muchos otros han formado lo que llamo la Escena Musical Alternativa Transnacional Cubana (TCAMS, por sus siglas en inglés), una red de grabaciones, colaboraciones y producción de música cubana en diferentes ciudades del mundo como Miami, Nueva York y Madrid.
Una red transnacional de la musical alternativa cubana
Ubicada principalmente en circuitos musicales locales e internacionales no convencionales, esta red transnacional surgió para aprovechar las ventajas que estos músicos podían disfrutar como migrantes en un contexto globalizado, tales como el acceso a una mayor movilidad y a desarrollos tecnológicos, la socialización instantánea y las oportunidades de marketing proporcionadas por las redes sociales.
TCAMS abarca redes de producción musical cubana a través de fronteras, que merece ser estudiada de manera independiente: cantantes, cantautores, músicos autodidactas y académicamente formados. Lo que tienen en común estos músicos es que todos abrieron las fronteras estéticas de la producción musical diaspórica cubana más allá de la nostalgia dramática por la patria o los estereotipos comerciales tradicionales de la música cubana que aún prevalecen internacionalmente. Una fusión ecléctica e intencional con sonoridades mundiales es su principal método de creación musical y lenguaje resultante, donde el archivo de canciones tradicionales cubanas y música popular cubana está abierto a un diálogo contrapuntístico con sonoridades de la diáspora africana y del mundo. Esta fusión no encaja fácilmente en los géneros de música cubana tradicionalmente reconocidos en los mercados internacionales convencionales.
“Estos músicos propusieron enfoques alternativos, distópicos y transnacionales para imaginar, representar y escuchar la cubanidad en un contexto post-soviético y global.”
La música del dúo Gema y Pavel, Habana Abierta y Yusa son ejemplos de estas afirmaciones. Sus prolíficas carreras como músicos y productores se convirtieron en una referencia importante para muchos músicos cubanos dentro y fuera de la isla. Aunque informados por la nueva y novísima trova, propusieron un nuevo tipo de canción cubana. Recrearon la tradición de los boleros de filing en un contrapunto muy creativo con armonías brasileñas, sonidos andinos, ritmos afrocubanos, improvisaciones de jazz y flamenco, resultando en sofisticados arreglos vocales y musicales.
La música de los músicos de jazz cubanos de los noventa que residen en Nueva York, Miami y Europa, como Gonzalo Rubalcaba, Dafnis Prieto, Yosvany Terry, Pedrito Martínez, Iván Melón Lewis y Ramón Valle, es otro ejemplo de las diversas coordenadas estéticas de innovación que TCAMS ha impulsado. Ellos están entre los protagonistas de un renacimiento del virtuosismo musical cubano en la escena del jazz estadounidense e internacional, potencialmente más significativo que cuando el jazz afrocubano emergió en Nueva York en la década de 1940.
Han establecido sus carreras individuales y, al mismo tiempo, están influyendo en sus escenas de jazz locales e internacionales en sus propios términos. Están abriendo el jazz como un espacio infinito de intertextualidad y diálogo con su trasfondo y conocimiento de la música tradicional, afrocubana y popular cubana, junto con música de todo el mundo. Comparten con la cohorte de cantautores diaspóricos de los noventa un interés estético en establecer diálogos interculturales y avanzar en los límites genéricos con su música. Desdibujan las líneas entre el jazz y la música cubana como esfuerzos culturales cosmopolitas.
Experiencias migratorias y condición global
Desde el punto de vista discursivo, las letras de los cantautores diaspóricos de los noventa como Gema y Pavel, Telmary, Yusa, Habana Abierta, Descemer Bueno y Mr. Haka marcan claramente una diferencia con las narrativas binarias tradicionales y estereotipadas de los tiempos de la Guerra Fría que aún prevalecen en contextos cubanos.
Estos artistas han extendido puentes simbólicos de comunicación entre cubanos de todas partes a través de la diáspora con el poder de su música y sus letras. Adoptan una aparente posición despolitizada, intermedia o distante en relación con los imaginarios dominantes e ideológicamente cargados sobre la cubanidad proyectados por el discurso oficial de la isla y los exiliados tradicionales. Están menos interesados en tratar los temas cubanos tradicionales como el centro de sus preocupaciones, ya sea porque fueron alienados por la excesiva carga política que han experimentado personalmente tanto dentro como fuera de la isla debido a sus orígenes cubanos, o porque parecen más interesados en explorar sus preocupaciones existenciales actuales relacionadas con sus experiencias migratorias y la condición global.
Sin embargo, cuando abordan preocupaciones más sociales y políticas cubanas, lo hacen con una actitud aguda, a veces sutil y/o sin prejuicios, como ocurre, por ejemplo, en la canción de Habana Abierta, “Asere qué volá”, del álbum Boomerang (2003). La canción narra el significativo deterioro moral experimentado por la sociedad cubana como resultado de la crisis de los años 90 y reflexiona sobre la expansión de lo marginal como una condición material y existencial para muchos cubanos después de la crisis. Reflexiona sobre la falta de alternativas y sobre la evasión adoptada por los jóvenes para lidiar con la situación cambiante crítica, que incluye un creciente recurso a las drogas, la prostitución, la migración masiva de amigos y la dispersión de familias cubanas.
Un producto cultural transnacional
Como resultado de la crisis de los años 90, la producción cultural cubana en el campo de la música desde entonces es fragmentaria y dispersa. La música cubana se ha convertido en un producto cultural transnacional, un fenómeno que se ha expandido progresivamente a otros campos culturales y que merece un estudio más profundo. Un número significativo de músicos de ese período se trasladaron y están produciendo música a través de todo el mundo, que ellos consideran cubana, más allá de la ubicación “territorial” tradicional de lo cubano. Otros han regresado a residir en la isla, han realizado giras internacionalmente y colaboran constantemente y producen a través de la Internet.
TCAMS es un espacio de producción cultural transnacional de música cubana a través de fronteras internacionales, resultado del aumento del acceso a la tecnología, la movilidad y la comunicación después del fin de la Guerra Fría y del auge del proceso de globalización. Es una red transnacional de interacciones continuas, colaboraciones y negociaciones identitarias entre cantantes, cantautores y músicos cubanos académicamente formados que viven fuera de la isla desde la crisis de los años 90.
TCAMS se inspira en la comunidad imaginada de Benedict Anderson, que permite imaginar el poder de narrativas de identidades nacionales para crear comunidades de pertenencia, esta vez a través de las fronteras. También se basa en la Música Alternativa Cubana de Borges Triana, poniendo énfasis en el contexto transnacional en el que se está creando la Música Alternativa Cubana, y destacando las colaboraciones entre cantantes, cantautores y músicos académicamente formados. TCAMS ha sido el resultado de muchas observaciones e interacciones directas en conciertos y sesiones de grabación, experiencias profesionales y de vida, conversaciones con muchos de estos artistas a lo largo de los años, principalmente en Cuba, Nueva York, Madrid y Miami.
“Abrieron las fronteras estéticas de la producción musical diaspórica cubana más allá de la nostalgia dramática por la patria o los estereotipos comerciales tradicionales de la música cubana que aún prevalecen.”
Las narrativas de la red de músicos alternativos diaspóricos, especialmente los cantautores, encarnan la deconstrucción del “Hombre Nuevo” en un sujeto desencantado, apolítico y pragmático. Este sujeto(a) post-soviético(a) experimentó de primera mano y se convirtió en el (la) protagonista del colapso de la utopía socialista en la isla y en la práctica en tiempos de crisis, volviéndose cada vez más desconectado del discurso oficial.
Las nuevas circunstancias obligaron a este sujeto a adoptar una cultura de supervivencia o a reinventarse como emigrantes. Como resultado, en estas narrativas musicales hay una postura post-revolucionaria y distópica que mitiga la centralidad de la nación. En sus letras, los cantautores diaspóricos de los años noventa se involucran selectivamente con temas cubanos y están más abiertos a explorar otros temas más allá de lo nacional. En cambio, mantienen una postura bohemia como un espacio sutilmente irreverente de resistencia a los dilemas que surgen de las narrativas dominantes de lo cubano dentro y fuera de la isla, o de los mercados musicales convencionales.
Nunca antes había habido una oleada masiva de artistas cubanos nacidos y criados durante la revolución que están viviendo y produciendo cultura cubana a través de todo el mundo. A pesar de esa dispersión, la producción cultural de los creadores de los años noventa y posteriores comparte ciertas características generacionales comunes en términos de origen, educación y experiencias de vida que se traducen en lo que llamo Fusión Cubana, un lenguaje musical cubano global, con una sólida base en las trayectorias de la diáspora africana en Cuba, el Caribe, América Latina, Estados Unidos y Europa, producido en geografías mundiales.
El distintivo proceso de transnacionalización de la sociedad y la cultura cubanas que ha tenido lugar desde la crisis de 1990 exige abrir las formas tradicionales de investigación en estudios cubanos dentro y fuera de la isla.
Gema y Pavel
Gema y Pavel, tanto como dúo como individualmente, transformaron la trova cubana y se convirtieron en una referencia importante para muchos cantautores y músicos dentro y fuera de la isla. También cimentaron el estilo de colaboraciones sistemáticas con músicos académicamente formados y músicos de jazz que se volvieron comunes en la Escena Transnacional de Música Alternativa Cubana (TCAMS), desde que invitaron por primera vez a Estado de Ánimo, una banda integrada por músicos académicamente formados, a participar en su álbum Trampas del Tiempo en 1993. Tuvieron la responsabilidad creativa en la coordinación y puesta en marcha de lo que más tarde se convertiría en Habana Abierta.
Después de separarse, Gema y Pavel han producido y continúan produciendo por separado varios álbumes de gran calidad y musicalidad. Para estas producciones, continuaron implementando un sistema de colaboraciones con muchos músicos cubanos alrededor del mundo, ya sea a través de Internet o en persona en las ciudades donde residen, y por todo el mundo. Ambos no sólo son referencias importantes para muchos músicos de la Escena Transnacional de Música Alternativa Cubana (TCAMS), sino que con sus producciones musicales han contribuido significativamente a mantener viva y en crecimiento esta red. Otros músicos, como Alfredo Chacón, Yosvany Terry y Carlos Puig, son habituales en muchos de sus últimos álbumes y conciertos, delineando esta música de Fusión Cubana a través de geografías.
En la canción “No te vayas”, con la participación de Telmary, del álbum Art Bembé (2012), Gema y Pavel discuten cómo su experiencia como migrantes ha expandido su sentido de identidad más allá de las fronteras de la nación cubana: reconocen la comunalidad de los desafíos que enfrentan las minorías como migrantes en todo el mundo, separados por reglas discriminatorias, racialización e ideologías.
La emigración, mi amor, la emigración
Ningún país es rico por su gracia
La mitad de los ancestros llegaron de otra casa
Yo no creo que ninguna tierra sea tan pura ni tan santa n’a
Mira ese pelo, mira esa boca, mira esos ojos,
mira esos labios, mira esa piel
Tu pasaporte ya no tiene raza
Amarillos, blancos, negros, rojos, somos todos
Todas las razas
Humanidad, esa es la única verdad
Todo lo demás es vanidad, pura vanidad.
Yusa: Fusión Cubana en el mundo desde el siglo XX
Yusa es una de las voces femeninas clave dentro de la Escena Transnacional de Música Alternativa Cubana (TCAMS) con una carrera más global. Estudió música clásica en “Amadeo Roldán”, otra parte del sistema de escuelas de arte en Cuba, convirtiéndose en una sólida y talentosa multiinstrumentista de tres, guitarra, piano y bajo. En la Habana de los años 90, se convirtió en una habitual de los lugares urbanos y clubes de jazz, como solista, o como parte del grupo Sonera Son, el quinteto de jazz femenino Quasi Jazz, y más tarde como cantautora junto a Domingo Candelario en un dúo de trovadores. También es cantante, compositora y arreglista, y ha publicado cinco álbumes hasta ahora, grabados entre Europa, La Habana, Japón, Brasil y Argentina.
A finales de los 90, grabó su primer álbum en solitario Yusa (2002) con Tumi Music, un sello de música mundial del Reino Unido, comenzando su carrera internacional. Este álbum fue un proyecto colaborativo en el que se unió a otros músicos y productores de TCAMS como Pavel Urquiza y Robertico Carcassés. Desde 2001, Yusa fue una de las miembros fundadores de Interactivo, el colectivo musical más importante de música alternativa y fusión cubana en la isla liderado por Carcassés, donde progresivamente ganó una gran base de seguidores y se convirtió en una de las principales líderes musicales de su generación.
Yusa ha sido premiada por sus producciones musicales en la isla con al menos tres premios Cubadisco. En 2005, el álbum Lenine in Cité recibió dos Grammy Latinos, por Mejor Música Contemporánea Brasileña y Mejor Canción Brasileña, después de que el músico brasileño Lenine la invitara a grabar este álbum como trío, en vivo en Cité de la Musique, París. También recibió nominaciones como “Mejor Guitarrista Alternativa” por Bath International Award, del Reino Unido.
Yusa ha estado entre los diez primeros en el European World Music Chart y fue nominada en 2002 por WOMEX en los World Music Awards de BBC Radio 3 en dos categorías: mejor álbum y mejor artista estadounidense principiante. Desde 2005, realizó presentaciones anuales en Japón durante un tiempo bajo los sellos Blue Note, Yamaha Music & Visuals, y Omagatoki, y giró por Europa con “Latin Voices” de London BBC, junto a íconos de la música mundial como Lila Downs y Susana Baca. Con Tumi Music publicó en 2004 un DVD de música jazz, Live at Ronnie Scott (2004) y otros tres álbumes: Yusa (2002), Breathe (2005) y Haiku (2008), con el productor brasileño Ale Siqueira. Breathe fue otro proyecto colaborativo donde participaron músicos de TCAMS, como el productor Descemer Bueno, y los cantautores Kelvis Ochoa y Haydée Milanés, junto con Lenine.
Empezó a viajar a Argentina en 2008, después de crear su propio sello Yusa Records, donde residió hasta 2016. En Argentina, encontró un público poderoso y creciente que le dio una gran recepción y la hizo sentirse rápidamente en casa. Su camino en Argentina resultó en dos álbumes, Vivo (2010), después de una serie de conciertos en el renombrado Café Vinilo, en Buenos Aires; y Libro de Cabecera en tardes de café (2012). En Argentina, también participó en varios proyectos musicales, que están documentados en grandes audiovisuales.
Desde 2016 Yusa se mudó a EE.UU., convirtiéndose rápidamente en una figura clave como solista y productora entre los TCAMS en Miami, colaborando con músicos cubanos y no cubanos como Aymée Nuviola, Mr. Haka, Boris Larramendi, Hilario Bell, Manuel Orza, Nu Deco Ensemble y Pavel Urquiza, entre muchos otros. Luego comenzó a recorrer EE.UU. con diferentes formatos musicales, hasta que recientemente se estableció en Nueva Orleans. Desde allí ha girado con la emblemática banda de jazz Preservation Hall, actuando en locales de jazz locales y participando en varios festivales de jazz.
Yusa es una de las voces femeninas más importantes y versátiles y una especie de embajadora de la música de Fusión Cubana en todo el mundo desde los años 90. Comparte su pasión por la producción, composición y canto con un enfoque sofisticado y desenfrenado para tocar el bajo. En el escenario, despliega habilidades virtuosas tocando cualquier instrumento, y una naturalidad y humildad contagiosas y poderosas al cantar. Inicialmente, es fácil distinguir en su música la influencia de la trova cubana tradicional, el feeling, la nueva y la novísima trova. Pero eso es solo su punto de partida.
Más allá de ser una heredera importante de todos esos movimientos musicales, Yusa es una de las principales protagonistas de la fusión y experimentación sin fisuras que ha experimentado la música cubana con todo tipo de géneros musicales— como jazz, funk, pop, rock argentino y música brasileña —en particular en las últimas tres décadas. Desde el son, jazz, trova, world music, fusión y jazz, su música sostiene una visión personal que trasciende las formas convencionales de entender los géneros musicales y las convenciones geográficas en el paisaje sonoro global. Ella es una de las voces pioneras femeninas de esta generación de músicos cubanos globales del siglo XXI.
Leslie Cartaya: Fusión Latina Cubana, Estilo Miami
Leslie Cartaya es una de las músicas académicamente entrenadas dentro de la Escena Transnacional de Música Alternativa Cubana (TCAMS) cuyo esfuerzo musical ha evolucionado y ganado impulso gracias a su camino migratorio. Desde que se mudó a Miami hasta ser nominada tres veces a los Latin Grammys, Leslie fue la cantante principal de Palo! durante una década, una reconocida banda local de fusión de Funk Afro-Cubano formada en su mayoría por músicos cubanos y liderada por Steven Roitstein, ex productor musical de Celia Cruz, Willy Chirino y Ricardo Montaner, educador, arreglista y compositor. La fusión de Funk Afro-Cubano de Palo! fue considerada por el New York Post como “La Música Cubana para la Nueva Generación”, y fue nominada tanto a los Grammys como a los Latin Grammys.
Leslie compuso todas las dieciocho canciones de su primer álbum doble en solitario, No Pares (2013), y las produjo en su propio estudio. En el primer álbum, prevalecen los sonidos de la música cubana tradicional y las referencias a la salsa balada. El segundo álbum es más electrónico, inclinado hacia la música house y experimental, y presenta varios remixes con invitados especiales como DJ Oscar G. y Lázaro Casanova; el percusionista, sacerdote, cantante y bailarín afro-cubano Philbert Armenteros; el rapero Mr. Haka; el popular comediante, actor, músico y presentador de televisión afro-cubano Alexis Valdés; el bajista y productor musical Edgar Magdariaga; los productores musicales Héctor Ortiz, Landy Mosqueda, Ángel Arce; el trombonista William Paredes; el saxofonista Rodolfo “Fofi”; el bajista Armando Gola; la pianista, productora musical y compositora Michelle Fragoso; el saxofonista venezolano-americano Ed Calle, el baterista Reinier Guerra; el violinista Yoel Pérez, y el guitarrista Ahmed Barroso.
Con No Pares, que Leslie considera como música cubano-americana, rápidamente alcanzó los diez primeros lugares en el ReverbNation Miami Latin Chart, y poco después fue nominada como mejor artista nueva en los Latin Grammys. La diversidad cultural única de Miami permite a Leslie, al igual que a muchos músicos de TCAMS, estar expuesta a una variedad de influencias y paisajes sonoros latinoamericanos, latinos, caribeños, afro-cubanos y multiculturales que hacen de Miami una ciudad caribeña única. Convertirse en parte de la escena musical de Miami le permitió a Leslie colaborar con artistas cubanos, latinos y de música mundial que también consideran o consideraron a la ciudad floridana y a los EE.UU. como su hogar, como Luis Enrique, Marisela Verena, Larry Harlow, Ed Calle, Steve Roitstein, Jorge Luis Piloto, Elain, El Chino Dreadlion, Pavel Núñez, Descemer Bueno, y ex miembros de Cubiche, Son Lokos, Landi Mosquera y Joaquín “El Kid” Díaz.
En el Brown University Jazz and Pop Festival, Cartaya participó en la grabación de “Agua p’a los Santos” (2021), una canción producida por Palo! con la participación de músicos afro-cubanos como Descemer Bueno, Román Díaz, Pedrito Martínez, Philbert Armenteros y Raymer Olalde. Un homenaje a Orula, el venerado Orisha del panteón Yoruba, la canción es una mezcla de Funk Afro-Cubano con jazz, salsa y cantos Yoruba, celebrando el rico panteón y tradiciones afro-cubanas que hacen que la música y cultura cubanas sean tan espirituales y especiales. Otro proyecto colaborativo clave de músicos de TCAMS en Miami fue la grabación y video Leslie Cartaya featuring Celia Cruz All Stars (2018).
Celia Cruz All Stars es un colectivo musical de música salsa jazz formada en su mayoría por músicos de TCAMS, que celebra el legado de Celia Cruz en la música cubana y en todo el mundo. Para este proyecto, Leslie cantó “Baila”, un éxito clásico de la legendaria Reina de la Salsa, Celia Cruz, acompañándose de los Celia Cruz All Stars y Los Herederos, un colectivo local de música y danza que preserva y moderniza las tradiciones musicales afro-cubanas heredadas por la diáspora africana en Cuba, EE.UU. y el Caribe, con un alto nivel de musicalidad y espiritualidad. El resultado de este proyecto fue otro ejemplo de la fusión cubana hecha en Miami, una mezcla de rumba cubana y guaracha, infundida con salsa y todo tipo de estilos musicales afro-americanos y latinos.
Leslie cantó con la banda Palo! en el Tempo Latino Festival en Francia, Europa, para una audiencia de 30,000 personas, compartiendo escenario con Alexander Abreu, director musical de la reconocida banda cubana Habana de Primera. Fue acto de apertura para Marc Anthony, colabora regularmente con medios comerciales de televisión latina y continúa colaborando en nuevos proyectos con otros músicos de TCAMS. Leslie fue la directora musical de una banda totalmente femenina, Sexta Clave, un colectivo musical de TCAMS que fue durante un tiempo la banda secundaria del programa de televisión “Don Francisco te invita” de Telemundo, un medio popular entre las audiencias latinoamericanas y latinas.
Cartaya está marcando su camino en el mercado de la música latina.
Fragmento del libro Cuban Fusion. The Transnational Cuban Alternative Music Scene/ Fusión Cubana. La Escena Transnacional de Música Alternativa Cuban, de Eva Silot (ttps://link.springer.com/book/10.1007/978-3-031-53692-2), traducido por su autora para Alas Tensas.
El libro Cuban Fusion: The Transnational Cuban Alternative Music Scene explora el impacto de la caída de la URSS en Cuba y en las escenas musicales cubanas en los años 90. Analiza la escena transnacional de la música cubana alternativa, centrándose en cantautores y jazzistas cubanos que emigraron a otros países. Documenta colaboraciones transnacionales entre estos músicos y estudia desarrollos significativos en las escenas de jazz y fusión cubanas tanto dentro como fuera de la isla en las últimas dos décadas. El libro argumenta que estas experiencias han generado nuevas narrativas estéticas «intermedias» más allá de los mercados tradicionales y de las narrativas de la Guerra Fría.
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