Cubiche es un colectivo de músicos jóvenes cubanos radicados en Miami, representativo de lo mejor de la escena transnacional de música cubana de los últimos veinte años. La crisis económica cubana de los noventa produjo una emigración masiva que incluyó a un número importante de artistas, que se trasladaron básicamente hacia los Estados Unidos y Europa.
La escena cubana de música alternativa se ubica a partir de la labor de músicos como Gema y Pavel, Habana Abierta y Estado de Ánimo, entre muchos otros, que desde finales de los ochenta están profundizando el carácter cosmopolita de la música cubana a través de constantes fusiones y experimentaciones con sonoridades del mundo. Algunos son cantautores, autodidactas, y otros recibieron una educación especializada en música clásica y arte de 15 años como promedio en el sistema nacional de escuelas de arte en la Isla.
En general, esta escena está muy influenciada por el jazz, así como por la música brasileña, el reggae, el rock argentino y anglosajón, el funk y el pop. Ellos combinan todas estas influencias con importantes movimientos artísticos cubanos como el llamado Feeling, la Nueva Trova y la Novísima Trova, y la influencia de recientes leyendas del jazz cubano como Emiliano Salvador, Chucho Valdés, Bobby Carcassés y Gonzalo Rubalcaba. En algunos casos también exhiben marcadas influencias de la música afrocubana, la timba y el hip-hop.
Como concepto de banda, Cubiche es similar a grupos como Interactivo y Habana Abierta: priorizan un formato de colaboración abierta en el que interactúan músicos de diverso background que, a su vez, cuentan con carreras independientes —una de las características distintivas de la escena musical cubana transnacional desde fines de los noventa—. El resultado es una música de vocación global, preferida por públicos ávidos de informarse sobre los desarrollos que ha experimentado la música alternativa cubana y la World Music en los últimos veinte años.
Cubiche se ha denominado el “New Miami’s stage funky sound”, pues dialoga con un espectro de influencias musicales que van desde el jazz, el reggae, lo afrocubano, la timba, la música brasileña, el pop, el rock, la cumbia… Se encuentra a la cabeza de una generación artística que está definiendo una nueva era en la historia de la música cubana.
La musicóloga e investigadora Susan Thomas (Cosmopolitan, Transnational, International: Locating Cuban Music. In Cuba Transnational, editado por Damián Fernández, University of Florida Press) ha señalado que la dramática reubicación de un buen número de músicos cubanos fuera de la Isla (desde fines de los noventa), junto a cambios de percepción en la diáspora cubana; los avances en la comunicación a través del Internet, email y mensajería instantánea; así como los desarrollos tecnológicos en las grabaciones y la masterizacion digital, están alterando fundamentalmente la forma en que la música cubana se imagina, produce, comercializa y consume.
Asimismo, Thomas sugiere que está surgiendo una práctica profesional distinta entre la comunidad diaspórica de músicos cubanos, quienes están desarrollando y manteniendo vínculos y colaboraciones profesionales y personales con sus homólogos en Cuba, así como entre ellos mismos a través de distintos países.
Desde su fundación en el año 2008, Cubiche dejó una marca en el escenario underground musical de Miami, presentándose sistemáticamente en clubes como el antiguo Kimbaracumbara, el Hoy como Ayer, la Casa de Tula y los Viernes Culturales de la Calle 8, entre otros espacios que han apostado sistemáticamente por acoger y dar a conocer la música de las más recientes generaciones de cubanos emigrantes.
Cubiche agrupa a varios de los mejores artistas cubanos radicados en Miami, que cuentan con producciones discográficas independientes y que han decidido unir su talento en este proyecto musical. Ellos son Mr. Haka, un establecido líder del movimiento de hip-hop latino underground; el multifacético Michelle Fragoso, uno de los compositores pop-rock más experimentales en el sur de la Florida; Philbert Armenteros, director de Los Herederos, uno de los grupos afrocubanos de más rigor en el sur de la Florida; Leslie Cartaya, cantante principal de la aclamada banda Palo!; El Chino DreadLion, versátil coreógrafo y cantante de reggae y también ex miembro de Yerbabuena; Elain Morales, uno de los cantantes insignes de la escena del pop y la timba musical cubana en Estados Unidos; Jorge Almarales, veterano guitarrista de la escena del rock cubano; e Hilario Bell, uno de los más aclamados percusionistas de la escena musical cubana fuera de la Isla.
Esta agrupación “All Star” es dirigida por Descemer Bueno, uno de los productores más prolíferos de la música cubana de los últimos tiempos. Descemer tiene en su haber nominaciones a los premios Grammy y Grammy Latino, obtuvo un premio Goya por la producción de la música de la película española Habana Blues, y ha colaborado con músicos y bandas como la neoyorquina Yerbabuena, SieteRayo, Estado de Ánimo y Santiago Feliú. Además, ha producido y coproducido buena parte de la música cubana alternativa de los últimos veinte años, tanto dentro como fuera de Cuba, con un espectro de figuras como Fernando Álvarez, Gema y Pavel, Haydeé Milanés, Yusa, Wiliam Vivanco, Francis del Río, Sexto Sentido, Telmary, Kelvys Ochoa y Diana Fuentes.
Cubiche no es solamente una banda musical. Ellos también representan un movimiento artístico local “grass root” con una vocación global, que transmite en sus letras un poderoso mensaje de comunicación a través del poder de la música. Aspiran a crear y reforzar puentes de comunicación y entendimiento entre diferentes generaciones de cubanos y comunidades culturales, y al mismo tiempo, enriquecer la vida cultural en el sur de la Florida.
En las letras de Cubiche, por ejemplo su éxito aún no publicado “Ponte p’a la música” (2008), se refleja un panorama muy completo del paisaje sociocultural de Miami desde la perspectiva de los emigrantes llegados más recientemente. Esta canción plantea una serie de consideraciones críticas de diversa índole, que van desde lo que algunos perciben como la falta de oportunidades y apoyo a la música cubana en el mercado musical local, la visibilidad de la corrupción en algunos sectores, las dificultades que confrontan varios emigrantes jóvenes para encontrar trabajo y ganarse la vida en medio de la crisis económica actual, hasta la desmedida presencia de cierta visión política en los asuntos locales relativos a Cuba, que está lejos de reflejar la pluralidad de la diáspora cubana de los últimos tiempos. Ante estos dilemas, Cubiche aboga por seguir desarrollando la cultura como lugar común de búsqueda y encuentro.
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